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¡Como nos equivocamos!

Recuerdo ser muy pequeño cuando comence a escuchar de Hugo Chavez. Poco se sabia en ese momento del líder venezolano que con sus discursos extensos parecidos a los de su héroe Fidel capturaba el corazón y la atención de millones. Por encima de todo la frase de la mítica "Revolución Bolivariana" haciendo alusión al quizá visionario más grande de América Latina, Simón Bolivar, uno de los pocos que veia un continente unido y fuerte para sobresalir como potencia mundial. Los años pasaron, Chavez pasó de ser un líder cautivador a controversial y con poco más a convertirse en un dictador. Sus discursos continuaban y no miento que por momentos simpatizaba con lo que decía. Finalizando mi adolecencia ya era más consciente del yugo que Europa anteriormente y Estados Unidos más recientemente imponían sobre el cualquier piedra y ser vivo al sur de su frontera. Lo que decía Chavez era una verdad que pocos se atrevían a decir, pero debo de declararme ingenuo en no predecir que con el tono de superioridad y arrogancia con que lo decía solo podía traer tragedia. Y así el tiempo pasó, la gente comenzó a migrar, primero fueron miles, después decenas de miles para que cuando finalmente llegara el momento de su muerte ya fueran cientos de miles los que colapsaban el sistema migratorio de sus paises vecinos y de otros paises en el mundo. Recuerdo muy bien estar estudiando mi maestría en Barcelona en el 2010 y escuchar cada día a un venezolano nuevo que llegaba. En mi cabeza esto tendría un tope. Creo que calcule mal. En el 2013 algo que estoy seguro muchos esperaban y desesperadamente pedían sucedió, el supuesto "prócer de la revolución" había muerto. Hubiese pensado que en ese punto de quiebre la mayoría del país ya habría entrado en consciencia de lo que estaba sucediendo y con esto cambiar el rumbo del país. Esto sin embargo no se dio. Antes de morir Chavez dejó a un hombre por el que solo rondaban dudas y preguntas. Alguien que sin duda no se le miraba el coraje de su predecesor y que tampoco relucia por su elocuencia en sus discursos. Los presidentes del recien formado bloque de paises socialistas lo arropaban, Brazil, Bolivia, Perú, Ecuador, Nicaragua y otros más salian a su defensa en nombre de la oposición que solo afilaba sus dientes sobre un territorio que para ser honesto era inaudito el estado de pobreza en el que vivia desde antes de Chavez con las reservas de petróleo y desarrollo industrial que tenía. Una historia que sonaba cada vez más conocida a la realidad de mi país donde hay dinero como para acabar la pobreza en una semana, pero que se queda concentrado en alrededor de 10 familias que reinan en el país. Con los años entendería como líderes como Chavez, Fidel, Ortega, Maduro y varios más lograban victorias tan aplastantes en sus paises, algo que poco tenía que ver con la educación como muchos nos hacen pensar y que otro día lo platicaremos. Maduro no defraudó, el piloto de bus que se miraba como un tonto fue solo una versión más arrogante y sanguinaria que su predecesor. Ayer se proclamó ganador por tercera vez de elecciones donde el mismo dijo que si no ganaba habría un "baño de sangre". Caracas si no lo es actualmente, ha sido en varios años consecutivos la ciudad más violenta de América y del mundo. El tejido social se ha destruido y practicamente un tercio de población ha migrado.

¡Como nos equivocamos! Yo con mis 16 años pensando que el grito de revolución era suficiente para generar una mejora real para la sociedad, que el simple hecho de ir en contra del opresor era digno para llamarse "el bueno". Como nos equivocamos, todos los que compartimos esa visión social en la política, todos aquellos supuestos "líderes" que lo arroparon solo por el intereses económicos y la necesidad de la unidad. La historia se sigue repitiendo, qué será necesario para convertirnos en una sociedad más objetiva y realista hacia la gente que escojemos. Hasta cuando correrá la sangre de mis paisanos latinos escogiendo a farsantes. No lo sé, pero por ahora solo creo que lo importante es aprender y cambiar. El odio no traerá nada más que una repetición del pasado.

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